El día y ciertos cuentos están atiborrados de falsos infinitos. Por caso:
"en el crepúsculo de la abarrotada salita, de nuevo estudiaría las circunstancias de sus muchos retratos".
El agobio que producen tiene su prueba de eficacia: uno se corre casi al borde del final.
Allí uno se apretuja.
Y desde ese crepúsculo contempla inmóvil la suma de todas las cosas.
Vaya idea la de construir un relato que inicia con la pérdida de un amor y culmina en una pequeña esfera, una insólita unidad donde cabe el infinito.
EL 29 Y 39 DE OCTUBRE
"DOS DÍAS PARA ENCONTRAR UN ALEPH"
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